21/9/09

La ausencia de los padres o El día que la tía Tere me dijo que llevara putas a mi casa

A sugerencia de mi prima Des escribo esta entrada.

¡Ya casi, casi, nos vamos de viaje! Frase que veníamos escuchando mi hermano y yo desde febrero y no dejaba de ser repetida varias veces por semana, cada vez más y más.

Hagrid Menéndez, antes Harry Potter, mi hermano, instantáneamente sintió una plácida liberación, como llegar al baño de casa después de un largo viaje o rascarse los genitales con una piña, dicen. Los señores padres, como siempre, no paraban de girar instrucciones y de bañarnos con consejos que uno ya sabe; dejen cerrado, alimentan a los perros, sacan la basura, recogen las cacas de las perras, no lleguen tarde, buzos con la bomba, etc.

Ayer, en cuanto los padres abordaron a ese su taxi que los llevaría para el aeropuerto, la Chica comenzó a llorar, la Chicha se deprimió un poco, Hagrid Menéndez decidió subir a jugar el juego de la guitarrita imaginaria que está tan de moda y que tanto detesto. El abuelo, Isshat tiene razón ¿Si tanto les gusta por qué carajo no practican mejor con una guitarra de verdad? Lo que es seguro es que el abuelo y su charro negro somos unos amargados.

Ayer por la tarde mi abuela me llamó para decirme que contábamos con ella para lo que fuera. Yo, que, genéticamente, soy tan mono, le ofrecí lo mismo ahora que se encuentra de Naborita cuidando a los hijos de mi tía Liliana, que también anda por el viejo continente. “Manolito, los invito a comer el sábado” Abnegada Nabora, no sabe en que se mete. “No Meche, mejor cómprame una casa. Te sale más barato. Es como si te invito a beber, tomas mucho y bueno. Mejor hacemos unas tortas o algo así” En eso quedó la cosa. Me recomendó portarme mal y me dijo que estaría al tanto. Teresa Phillips, madrina de mi hermano y tía adoptiva mía, Me llamó hoy por la mañana para preguntarme cómo la llevábamos. Una vez obtenida una respuesta satisfactoria me ofreció hacerse cargo de mi hermano en el queso de que a mi se me ocurriese invitar a la casa unas putas. No conozco putas, Tere –Enuncié- y me respondió que con que conozca una tengo, que hay que darle vuelo a la hilacha y que me mandaría mi kit de supervivencia; Condones, cerveza, un CD de Barry White y, no podían faltar, antibióticos.

Crónica ligera de la obra (en versión policiaca)

Ahora, la obra de teatro del viernes. Por azares del destino o, quizás, una intervención divina por parte de Cthulhu todo salió de maravilla. Hubo algún error por ahí pero nada que lamentar: Comparecieron los sospechosos, llamados actores en el medio, a escena descendiendo desde la parte posterior del teatro, butacas. Se desato el crimen en cuanto Chéjov, alias Lomelín, comenzó a hablar sobre él mismo. Se abre el telón y se aprecia a un oficinista, un metro setenta de estatura, veinticinco años, tez morena, pidiendo agua y pasiflora en gotas. Entra un hombre robusto, treinta años con un bastón y la locura se desata. A pesar de las asechanzas y constantes conatos frustrados de violencia el saldo fue blanco sin pérdidas que lamentar. Me divertí mucho o, como dicen los policías; X-3